Un wallet es la manera que tenemos de «guardar» nuestras criptomonedas, así como de hacerlas interactuar con la blockchain.
Es fácil demostrar que el dinero que usamos todos los días para comprar comida o aquel que entra y sale de nuestra cuenta bancaria es nuestro.
Si tenemos los billetes en la mano o los tenemos en la cuenta bancaria donde solo se puede acceder con nuestras credenciales, podemos interpretar que es nuestro; pero los wallets de criptomonedas funcionan de distinta manera.
Clave pública, clave privada y semilla
Dado que una crypto no se puede tocar físicamente y la gran mayoría no van asociadas a un nombre de usuario/contraseña, para poder demostrar que nos pertenecen tenemos que conocer la clave privada, que no es más que un conjunto de letras y números con un formato parecido a «577813306333E9873D2379C6D87DC0FB6A8…». Es un código criptográfico de 256 bits (Bitcoin, por ejemplo, usa criptografía del tipo ECDSA usando la curva elíptica secp256k1).
Podríamos decir que es parecido al PIN de nuestra tarjeta bancaria o la contraseña que nos da acceso a nuestra cuenta. ¿Verdad que no le daríais el PIN o la contraseña a nadie? Lo mismo ha de suceder con la clave privada, si alguien la conoce adiós criptomonedas.
La clave pública, siguiendo con el símil bancario, sería el número de cuenta que tenemos. Si alguien conoce nuestra clave pública o número de cuenta, puede enviarnos dinero. En el criptomundo también es conocida como dirección de monedero (wallet address).
En la mayoría de monederos actuales tenemos la semilla (seed o mnemonic phrase). Es un conjunto de palabras con un orden establecido, al cual están asociadas un inmenso grupo de claves públicas (direcciones) y privadas. Gracias al proceso de estandarización que se ha ido produciendo se puede utilizar una misma seed en diferentes monederos (e incluso diferentes criptomonedas), obteniendo así acceso a nuestras cryptos. Por suerte y dado que las claves privadas están incluidas en la semilla, la gran mayoría de usuarios jamás verán una clave privada.
Consejos básicos de seguridad
- Nunca mostrar nuestra seed o clave privada a nadie. Con eso, pasarían a tener el control de nuestros fondos.
- Evitar tener la seed en formato digital (archivo, foto, e-mail…). Si está en un ordenador o en internet, hay riesgo. Guardar a buen recaudo en papel u otro método «analógico».
- Antes de enviar o recibir criptodivisas, comprobar a cada paso que las direcciones de envío (wallet address) son las correctas. Existen programas maliciosos que pueden cambiar la dirección copiada.
- En caso de querer recibir una transacción, lo ideal sería utilizar una dirección nueva que esté asociada a la misma seed.
Seguimos con la segunda parte.